16 de octubre de 2008

Las mujeres en la literatura: estas 5 mujeres han sido indispensables en la literatura a nivel mundial y gracias a ellas conocemos mejor los sentimientos de las mujeres como escribían y qué sentían.
Rosalia de castro:Fue bautizada con los nombres de María Rosalía Rita. Hija de madre soltera (María Teresa de la Cruz de Castro), perteneciente a la baja nobleza gallega, tradicionalmente se ha venido sosteniendo que su padre fue el sacerdote José Martínez Viojo, si bien no existe ninguna prueba documental acerca de la paternidad de éste. Contrariamente a lo que se vino diciendo durante décadas -que se había criado con sus tías paternas en la aldea de Ortoño, pasando a vivir con su madre a los 10 años-, tras los trabajos llevados a cabo por Victoria A. Ruiz de Ojeda sabemos que la infancia de Rosalía transcurrió siempre al lado de su madre, en Padrón. Trasladadas madre e hija a Santiago de Compostela -a una edad difícil de precisar-, en todo caso, Rosalía ya figura, a los 17 años, como partícipe de las actividades del "Liceo de San Agustín". En esa época, sabemos que le gustaban el dibujo, la música y la declamación y, de hecho, participó como actriz en representaciones no profesionales. Contrae matrimonio con Manuel Murguía, erudito cronista de Galicia, al que conoció en Madrid. Al año siguiente da a luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir seis hijos más. Vive dedicada a su hogar, a sus hijos y a su marido, pero, debido a los variados puestos de Murguía, el matrimonio vive largas temporadas separado. Esto no fue impedimento para que su marido fuese no solamente el que dio a la imprenta sus Cantares gallegos, sino un constante impulsor de la obra de Rosalía. Cambió de domicilio varias veces, entre Madrid y Simancas, pero en ningún lugar se encontró mejor que en su Galicia natal de donde no salió a partir de 1868.
Rosalía nunca disfrutó de una buena salud, estuvo luchando siempre con la enfermedad y a menudo con cierta penuria. En sus obras puede apreciarse su gran personalidad, su carácter recio y una profunda empatía con los desvalidos (en concreto, con la emigración de los campesinos gallegos).
Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años en su casa de
Padrón, que hoy es un museo. A pesar de que pidió que sus restos descansaran en su cantado cementerio de Adina, en Iria Flavia, en 1891 su cuerpo fue exhumado y trasladado al Panteón de Galegos Ilustres en la Iglesia de Santo Domingo de Bonaval (Santiago de Compostela), donde actualmente se encuentra en 2008.
Concepcion Arenal:Nacida en una modesta casa del barrio conocido como Ferrol Vello, su padre, Ángel del Arenal, fue un eminente militar que sufrió muchas veces prisión por su ideología liberal y por estar en contra del régimen monárquico absolutista del rey Fernando VII. Consecuencia de las estancias en prisión, cayó enfermo y muere en 1829, quedando Concepción huérfana de padre a los 8 años. En 1829 marcha con su madre, de quien recibió una férrea formación religiosa, a Armaño (Cantabria). En 1834 se trasladan a Madrid, donde Concepción estudia en un colegio para señoritas. Siete años después entra, contra la voluntad de su madre, como oyente en la Facultad de Derecho de la Universidad Central (actual Universidad Complutense de Madrid), vistiendo ropas masculinas, puesto que en la época la educación universitaria estaba vedada a las mujeres. Vestida también de hombre, Concepción participa en tertulias políticas y literarias, luchando así contra lo establecido en la época para la condición femenina.
Acabada la carrera, se casó en 1848 con el también abogado y escritor
Fernando García Carrasco. Años después colaborarían juntos en el periódico liberal Iberia, hasta que en 1857 Fernando murió de tuberculosis y Concepción se quedó sola y sin recursos. Forzada a vender sus posesiones en Armaño por las dificultades económicas que atravesaba, se trasladó a la casa del violinista Jesús de Monasterio en Potes (Cantabria), donde fundó en 1859 el grupo femenino de las Conferencias de San Vicente de Paúl para ayuda de los pobres. Dos años después, en 1861, la Academia de Ciencias Morales y Políticas la premió por su memoria La beneficencia, la filantropía y la caridad. Era la primera vez que la Academia premiaba a una mujer.
En 1863 se convierte también en la primera mujer que recibe el título de Visitadora de Cárceles de Mujeres, cargo que ostentó hasta 1865. Posteriormente publicó libros de poesía y ensayo como Cartas a los delincuentes (1865), Oda a la esclavitud (1866) —que fue premiada por la Sociedad Abolicionista de Madrid—, El reo, el pueblo y el verdugo o La ejecución de la pena de muerte (1867). En 1868, es nombrada Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres, y tres años después, en 1871, comienza a colaborar con la revista La Voz de la Caridad, de Madrid, en la que escribe durante catorce años sobre las miserias del mundo que la rodea.
En 1872 funda la Constructora Benéfica, una sociedad que se dedica a la construcción de casas baratas para obreros. Posteriormente también colabora organizando en España la Cruz Roja del Socorro, para los heridos de las
guerras carlistas, poniéndose al frente de un hospital de campaña para los heridos de guerra en Miranda de Ebro. En 1877 publica Estudios Penitenciarios.
Con Concepción Arenal nace el
feminismo en España, pues desde joven luchó por romper los cánones establecidos para la mujer, rebelándose contra la tradicional marginación del sexo femenino, y reivindicando la igualdad en todas las esferas sociales para la mujer.
Murió el 4 de febrero de 1893 en
Vigo, donde fue enterrada. Es su epitafio el lema que la acompañó durante toda su vida: A la virtud, a una vida, a la ciencia. Sin embargo, su frase más celebre fue probablemente "Odia el delito y compadece al delincuente", que resume su visión de los delincuentes como el producto de una sociedad deprimida y represora.
Carolina Coronado:Nació en el seno de una familia acomodada, pero de ideología progresista, lo que provocó que su padre y su abuelo fueran perseguidos. Tras mudarse a la capital de provincia, Badajoz, Carolina sería educada de la forma tradicional para las niñas de la época: costura, labores del hogar... pese a lo cual, ya desde pequeña mostró su interés por la literatura, y comienza a leer, robando horas al sueño, cualquier género u obra que puede conseguir. Por ello desarrolla una extraordinaria facilidad para componer versos con un lenguaje algo desaliñado e incluso con errores léxicos, pero espontáneo y muy cargado de sentimiento, motivado por amores imposibles, entre los cuáles destaca Alberto -de quien se duda si realmente llegó a existir. Sus primeros poemas datan de la temprana edad de 10 años.
Posiblemente también contribuyese a su temperamento romántico la afección de catalepsia crónica que padecía, llegando a "morir" varias veces, lo que hizo que se obsesionase con la idea de poder ser enterrada en vida, hasta tal punto que embalsama el cadáver de su marido, negándose a enterrarlo e incluso dirigiéndose a el con el apelativo de "el silencioso". Incluso tiene varias "premoniciones" en las que anticipa el fallecimiento de sus hijos.
Habiendo hecho voto de castidad tras la muerte, en el mar, de Alberto (fuese éste real o imaginario), lo anula al casarse en
Madrid a fecha de 1852 con Justo Horacio Perry, secretario de la embajada de EE.UU.
Siendo ella revolucionaria, su residencia madrileña se hizo famosa por las tertulias literarias que en ella se realizaban, ya que sirvió como punto de encuentro para escritores progresistas y refugio de perseguidos, llegando a asistir algunos de los más renombrados autores del momento. Sin embargo, este refugio clandestino, y su afinidad por la revolución, causarían que sufriese la censura de la época.
Pese a ello, logró publicar algunas de sus obras en periódicos y revistas hasta lograr cierta fama, a la que también contribuyó su belleza física, que causó notoria admiración en otros escritores románticos.
Gertrudis Gómez de Avellaneda: Nació en la antigua Santa María de Puerto Príncipe, hoy Camagüey, Cuba el 23 de marzo de 1814. Pasó su niñez en su ciudad natal y residió en Cuba hasta 1836. En este año parte con su familia hacia España.
En este viaje compuso una de sus más conocidos versos,
Al partir. Antes de llegar a España recorrió con su familia algunas ciudades del sur de Francia especialmente en Burdeos donde vivieron por algún tiempo. Finalmente en España se establecieron en La Coruña. De La Coruña pasó a Sevilla y publicó versos en varios periódicos bajo el seudónimo de La Peregrina que le ganaron una gran reputación. Es en esta ciudad donde en 1839 conoce al que será el gran amor de su vida Ignacio de Cepeda y Alcalde joven estudiante de Leyes con el que vive una atormentada relación amorosa, nunca correspondida de la manera apasionada que ella le exige, pero que le dejará indeleble huella. Para él escribió una autobiografía y gran cantidad de cartas que publicadas a la muerte de su destinatario muestran los sentimientos más íntimos de la escritora. Visitó Madrid en 1840 donde hizo amistad con literatos y escritores de la época. Al año siguiente publicó exitosamente su primera colección de poemas. Después de los éxitos líricos vinieron los triunfos dramáticos. Su primera obra estrenada en Madrid en 1844 fue Munio Alfonso, la cual fue inicio de su gran fama como dramaturga. En España escribió una serie de novelas, la más famosa Sab (1841) que fue la primera novela abolicionista.
En 1844 conoce al poeta Gabriel García Tassara. Entre ellos nace una relación que se basa en el amor, los celos, el orgullo, el temor. Tassara desea conquistarla para ser más que toda la corte de hombres que la asedian, pero tampoco quiere casarse con ella. Está enfadado por la arrogancia y la coquetería de Tula, escribe versos que nos hacen ver que le reprocha su egolatría, ligereza y frivolidad. Pero Avellaneda se rinde a ese hombre y poco después casi la destroza. Tula está embarazada y soltera, en un Madrid de mediados del siglo XIX, y en su amarga soledad y pesimismo viendo lo que se le viene encima escribe "Adiós a la lira", es una despedida de la poesía. Piensa que es su final como escritora. Pero no será así.
En abril de 1845 tiene a su hija Maria, o Brenilde como la llama ella. Nace muy enferma y muere con siete meses de edad. Durante ese tiempo de desesperanza escribe de nuevo a Cepeda: "Envejecida a los treinta años, siento que me cabrá la suerte de sobrevivirme a mí propia, si en un momento de absoluto fastidio no salgo de súbito de este mundo tan pequeño, tan insignificante para dar felicidad, y tan grande y tan fecundo para llenarse y verter amarguras."
Son escalofriantes las cartas escritas por Tula a Tassara para pedirle que vea a su hija antes de que muera, para que la niña pueda sentir el calor de su padre antes de cerrar los ojos para siempre. Brenilde muere sin que su padre la conozca.
En
1846 se casó con don Pedro Sabater. Al poco tiempo su esposo enfermó y apenas un año después de su matrimonio quedó viuda.
En
1850 realiza una segunda edición de sus poesías. Movida por el éxito de sus producciones y acogida tanto por la crítica literaria como por el público en 1854 presentó su candidatura a la Real Academia Española pero prevaleció el exclusivismo imperante en la época y el sillón fue ocupado por un hombre. En 1858 estrenó su drama Baltasar cuyo triunfo superó todos los éxitos tenidos anteriormente y lo cual compensó las contrariedades que había encontrado en su carrera.
Se casó nuevamente en
1856 con un político de gran influencia, don Domingo Verdugo. Con él realizó un viaje por el norte de la Península y después de 23 años de ausencia regresó a Cuba en 1859. Vivió en Cuba unos cinco años. Tula, como era conocida afectusamente por el pueblo, fue celebrada y agasajada por sus compatriotas. En una fiesta en el Liceo de la Habana fue proclamada poetisa nacional. Por seis meses dirigió una revista en la capital de la Isla, titulada el Álbum cubano de lo bueno y lo bello (1860). A finales de 1863 la muerte de su segundo esposo, el coronel Verdugo, acentuó su espiritualidad y entrega mística a una severa y espartana devoción religiosa. En 1864 partió de Cuba, para nunca más volver a su Patria, en un viaje a los Estados Unidos, de allí pasó a España.
En
1865 fija su residencia en Madrid donde murió el 1 de febrero de 1873 a los 58 años de edad. Sus restos reposan en el cementerio de S. Fernando de Sevilla.
Emilia Pardo Bazán: nació el 16 de septiembre de 1851 en La Coruña , una de las ciudades principales de Galicia, España.
Su padre, Don José Pardo Bazán, era una figura política. Estimulaba la lectura y los estudios en su hija unigénita, Emilia. Su madre, Amalia de la Rúa le enseñó a leer y más tarde le ayudaría a liberarse de muchas tareas domésticas para que Emilia pudiera dedicar más tiempo a la lectura y la escritura. Poco después del nacimiento de Emilia la familia se mudó a una casa en un barrio aristocrático y tranquilo en la Calle de las Tabernas.
Poseían otras dos residencias, una cerca de Sangenjo, un pueblo de pescadores, y la otra en las afueras de La Coruña, el Pazo de Meirás.
Pazo de Meirás, que fue residencia de los Pardo Bazán también lo fue como buena parte del verano del dictador Francisco Franco.
La biblioteca de su padre le proporcionaban el acceso a una gran variedad de lecturas. En la casa de Sangenjo encontró Don Quijote y la Biblia. En la casa de La Coruña leyó La conquista de México de Solís y Varones ilustres de Plutarco. Los libros sobre la revolución francesa le fascinaban y sus preferidos eran Don Quijote, la Biblia y la Ilíada.
A los nueve años Emilia Pardo Bazán comienza a demostrar interés en la escritura. Ella misma recuerda, "Mi primer recuerdo literario se remonta a una fecha histórica señalada y ya distante: la terminación de la guerra de Africa, acontecimiento al cual rendí las primicias de mi musa....Y viendo que no me hacían caso ninguno, ni tenía con quién desahogar mi entusiasmo, me refugién en mi habitación y garrapateé mis primeros versos, que barrunto debía de ser unas quintillas." Como adolescente escribió más versos y los publicó en el Almanaque de Soto Freire.
Cuando la familia iba a Madrid durante los inviernos Emilia asistía a un colegio francés protegido por la Real Casa, donde fue introducida a la obra literaria de La Fontaine y Racine. A los doce años la familia decide quedarse en La Coruña durante los inviernos y allí estudia Emilia con instructores privados. Se sale del ritual de la educación femenina al negarse a tocar el piano y a tomar clases de música. Dedica todo el tiempo posible a su verdadera pasión, la lectura.
En 1868, año de la Gloriosa revolución, ( revolución que acabaría con el reinado de Isabel II), contrae matrimonio a los diez y siete años con José Quiroga. Vivieron en Santiago durante el invierno del '68 y '69; Emilia ayudaba a su marido con sus estudios de derecho. Cuando el padre de Emilia es nombrado Diputado de Cortes toda la familia se traslada a Madrid, incluso el joven matrimonio. En Madrid asisten a conciertos y a fiestas populares y Emilia llega a conocer la ciudad y el ambiente madrileño. Tras la entrada de Amadeo de Saboya y la guerra carlista, José Pardo Bazán se desilusionó con la política y toda la familia se marchó a Francia. Viajaron por Europa-Inglaterra, Italia, Alemania... donde Emilia aprende inglés y alemán. Además descubre la literatura francesa que dejará un gran impacto en ella. Su iniciación en el mundo literario comienza en 1876 al ganar el primer premio por el Estudio crítico de
Feijoo , competencia en la que también participó Concepción Arenal. Este mismo año dio a luz a su primer hijo, a quien le dedica un libro de poemas bajo su propio nombre, Jaime que resultaría ser su único libro de poesía. Escribió su primera novela, Pascual López, el año en que nació su segundo hijo, Blanca. Una dolencia hepática en 1880 obligó a la escritora a pasar algún tiempo en Vichy. Durante este período descubre el naturalismo de Zola, conoce personalmente a Hugo , y empieza a interesarse en esta nueva tendencia literaria. En el periódico madrileño "La época" publica "Un viaje de novios" que era un relato novelesco de sus propias memorias del viaje a Vichy. Su última hija, Carmen, nace en 1881.
La condesa tomando el té con su madre y sus hijas y el general Cavalcanti
Naturalismo En el periódico madrileño mencionado arriba publica unos artículos que habían de integrarse en el libro La cuestión palpitante en el que explica el movimiento literario del naturalismo. Su propósito era la siguiente: "Mi objeto era decir algo, en forma clara y amena, sobre el realismo y el naturalismo, cosas de que se hablaba mucho, pero con ligereza y sin que nadie hubiese tratado el asunto de propósito...Siempre me sorprenderá el extraordinario dinamismo de aquel librejo tratando al correr de la pluma, en que lo único calculado es la impremeditación y espontaneidad, que procuré para quitarle todo sabor didáctico."
La publicación de La cuestión palpitante creó un gran escándalo y su marido horrorizado por la situación le exigió a Emilia que cesara de escribir y que se retractase públicamente de sus escritos. A consecuencia de estos problemas matrimoniales Emilia decide separarse de su marido dos años más tarde, en 1884. En este año publicó La ama joven, que trata acerca de crisis matrimoniales.
Su terca novela, La Tribuna, publicada en 1882 es considerada como su primera obra naturalista. En esta obra Pardo Bazán estudia el ambiente y los tipos de la cigarreras en la fábrica de tabacos en La Coruña.
Benito Pérez Galdós también obtuvo documentada información sobre la mendicidad madrileña para su obra Misericordia. Estos dos escritores tuvieron una relación amorosa que duró más de veinte años.Primera página de una carta autógrafa de doña Emilia Pardo Bazán a Unamuno .En 1886 conoció a Zola y en ese viaje a Francia descubrió la moderna novela rusa. Esas lecturas le impulsan a presentar en el Ateneo de Madrid un trabajo sobre La revolución y la novela en Rusia, en 1887.
Continúa escribiendo ferozmente y en los años '86 y '87 produjo Los pazos de Ulloa y La madre naturaleza. En 1890 muere el padre de pardo Bazán y aprovecha la herencia para crear una revista escrita por ella sola, El Nuevo Teatro Crítico, nombre que recuerda la obra de Feijoo, Teatro crítico universal. Asiste a congresos como el Congreso Pedagógico en donde denuncia la desigualdad educativa entre el hombre y la mujer. Aún consciente del sexismo dentro de los círculos intelectuales propone a Concepción Arenal a la Academia Real de la Lengua, pero es rechazada. La Academia tampoco aceptaría a Gertrudis Gómez de la Avellaneda ni a ella.
Sin embargo, en 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de literatura del Ateneo de Madrid y la primera en ocupar una cátedra de literatura en la Universidad Central de Madrid, aunque solo asistió un estudiante a clase. Muere Pardo Bazán en 1921 en Madrid.